lunes, 15 de febrero de 2010

La generación del XXI


Sergio González Ros ha titulado así una extensa entrada en su bitácora, El alma impresa, donde hace un repaso de autoras y autores para este inicio del siglo XXI y, entre los cuales tiene a bien incluirme, lo cual es siempre de agradecer.

Las raras veces que, tras regresar a casa del trabajo, enciendo la televisión, no puedo dejar de evocar los días de mi infancia, cuando, con un vaso de leche y un bollo con chocolate en las manos, disfrutaba con deleite de series de dibujos animados, programas de música, o series que ya son míticas. También de horas de cine en blanco y negro. Ahora, no duro ni cinco minutos ante la caja tonta, que es, por cierto, más tonta que nunca, pues se limita a escupir sobre nosotros conversaciones soeces, comentarios sexuales fuera de tono y de hora, escotes imposibles, botox y silicona en pantallas planas, peleas fingidas y tertulias, por llamarlas de algún modo, donde los protagonistas carecen de escrúpulos y no dudan en vender supuestas intimidades sin ningún tipo de pudor. No importa que al otro lado se encuentren niños mirando, ni adolescentes. No importa que ahí mismito esté la generación del futuro.
De forma paralela, el cine y la música, no pasan por sus mejores horas. No hablo de cifras, hablo de síntomas de agotamiento creativo, que ya roza lo patológico. Compulsivamente se recurre a los efectos especiales o a enseñar carne para suplir el eco perdido de las musas.
¿Y la literatura? A grandes rasgos ocurre algo parecido. El muro construido por el mercado editorial trata de contener la crecida del río y actúa como una presa. Las piedras detienen el agua que hay al otro lado. Desde fuera se hace creer que la cuenca está seca, que es necesario contener el río porque hay que racionar el consumo, regular el mercado, dominarlo para que perdure.
Pero yo y muchos otros, hemos subido al petril de ese muro y hemos mirado más allá, oteando un horizonte bañado por aguas transparentes que rebosan de júbilo, y que no pueden ser contenidas.

Y descubrimos que es la Red ese ancho río, con múltiples afluentes, y que somos nosotros su agua.
Agua que refresca y trae vida.

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Francisco Javier Illán Vivas

Nació en Molina de Segura, en 1958. Criminólogo. Codirige la revista de creación literaria "Ágora, papeles de arte gramático", y es Subdirector del semanario digital vegamediapress.com. Ha publicado “Con paso lento”, 2003; “La Maldición”, 2004; “Dulce Amargor”, 2005; “Crepusculario”, 2007; y “El rey de las Esfinges”, 2008. Sus poemas han aparecido en diversas antologías, así como sus relatos.

En Internet sus poemas fueron publicados en Revista Literaria Baquiana, Revista Literaria Remolinos, Protheus y Asociación Cultural Myrtos, entre otras.

En la actualidad está volcado en la revista "Ágora, papeles de arte gramático" que ya ha salido en papel, y los siguientes pasos consisten en logar una buena distribución, al menos por la Región de Murcia. Francisco también anda enfrascado con el Taller de Arte Gramático, tratando de relanzar la línea editorial del mismo, que tan buenos libros sacó al mercado hace un tiempo.

Como escritor, trabaja con las correcciones de "La Maldición", la primera entrega de La cólera de Nébulos, que va a ser reeditada por Eldalíe Ediciones, corregida y un poco ampliada; y posiblemente, este año, aparecerá su cuarto poemario, que llevará el título de "Témporas", poemas que escribió durante un retiro de unas semanas en un monasterio.

Francisco Javier es un gran difusor de escritores noveles y no tan noveles de la Región de Murcia.

Su página personal:
http://www.illanvivas.com/
Su diario personal:
http://diariodruida.blogspot.com/


Ver la entrada original AQUÍ.

2 comentarios:

Insólitos. Caminando por el lado salvaje de la literatura. dijo...

Enhorabuena, amigo Paco. Por otro lado, es normal que te incluyan en esa nómina de buenos autores del siglo XXI, lo contrario sería una injusticia. Y en este siglo se cometen muchas.

Suscribo totalmente lo dicho sobre la caja tonta ( en mis "Infiernos de Orfeo hay algún poema al respecto), la música actual y la literatura en el siglo XXI. Y también la opinión de que,efectivamente, por la red la creatividad puede fluir libremente con toda su fuerza sin ningún tipo de cortapisas. Es la cara positiva de estos tiempos.

Un abrazo.

aspid dijo...

¿criminólogo?

perdón, enhorabuena.

¿criminólogo?
juer...