No sé si serán cosas del confinamiento al que nos están sometiendo, y no voy a hablar de lo que me parece, sino de que el mundo de Eleazar, Eóstes, Carmesí... y Nébulos, por supuesto, han regresado a mi, no con la fuerza que tuvieron hace unos veinte años, pero han vuelto, y estoy escribiendo sobre ellos, a la vez que lo hago sobre la continuidad de Versos envenenados y ayudo a Toñy Riquelme a poner en orden una serie de cuentos que pueden formar un libro de sus cuentos y sueños.
Veremos que nos depara el mes de abril.
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