Casi inmediatamente sintió un dolor profundo en la parte
derecha de la cabeza, que le obligó a llevarse la mano y frotarse la frente,
arriba y abajo, con claros signos de malestar reflejado en el rostro.
Era lógico sentir ese dolor cuando forzaba los ojos tras
una noche de trabajo... ¡Pero a quién quieres engañar, Juan Valdeolivas! ―se
reprochó―. ¿Acaso ya no recuerdas las palabras del doctor? «Este tipo de
afecciones tienen un comienzo insidioso, ya que debido a la alteración o
irritación del nervio producen síntomas de neuralgia.»
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