miércoles, 7 de septiembre de 2022

Escena de Versos envenenados, 61

  


          He sobrevivido al amor de las demás, entendido como guerra, una guerra de la que a veces se vuelve con graves taras psíquicas y físicas. Visibles las segundas, pero invisibles y muy peligrosas las primeras. Y tuve el ánimo de visitar a un amigo y contarle mis problemas, mis dolencias físicas más bien. Y tuve el miedo de convertirme en mi padre, en un hombre apartado de todos, en un hombre marginal, viejo, que su única locura fue amar a mi madre sobre todas las cosas, y en todas esas cosas estaban los hijos, los nietos, quienes podían privarle del amor de mi madre. Y por eso nos odiaba, y posiblemente nos siguiese odiando si aún viviese. Odiar a todos y cuantos le privamos de un instante de la atención de mi madre.

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