En ese momento, como una señal premonitoria, recibí una
llamada.
—¿Sí? ¿Dígame?
—¿Eres tú, Vivas? ―preguntó la
inconfundible voz ronca del «jefe».
—Sí, señor.
—El Comisario quiere verte. Pásate por
la comisaría inmediatamente.
¡Joder qué inmediatamente! Más que una palabra
parecía un ladrido. ¡A ver si en esta segunda legislatura los socialistas
también cambian algo en la Policía Nacional
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