Los nuevos componentes del Paseo de las letras, acompañados. De izquierda a derecha: José Antonio Jiménez-Barbero, Francisco Javier Illán Vivas, Manuel Moyano, Vicente García Hernández, Esther Clavero, Elias Meana, Pedro Jesús Martínez Baños, Javier Martínez y García de Saura.
Los momentos previos, esperando a las autoridades municipales, Josefina Pérez Amorós parece querer escapar del objetivo de la cámara.
Dos novelas, Versos envenenados y 1314 la venganza del templario, gracias a ellas, no cabe duda al autor, es por lo que está en el Paseo de las Letras.
Vicente García Hernández, el poeta más relevante de la historia de Molina de Segura, ya de pleno derecho en el lugar de los escritores molinenses.
Cinco al sol: Vicente García Hernández, Francisco Javier Illán Vivas, Javier Martínez, García de Saura, Antonio J. Ruíz Munuera y José Antonio Jiménez Barbero.
Manuel Rojas Reyes, un perfecto maestro de ceremonias. Entrañable su recuerdo al desaparecido José Cantabella Miras.
Intervención de Francisco Javier Illán Vivas, breve y precisa, recordando a su abuelo, Francisco Vivas Rodríguez, el tío Paco el de las novelas. Y preguntándose por qué no estaban allí José María López Conesa, Irelfaustina Bermejo y Antonio Hernández Gil (Kayros), que reúnen los requisitos para estarlo. Y un entrañable recuerdo a José Cantabella Miras, quien nos había dejado unas horas antes y que él dijo, también debería haber tenido una placa en aquel Paseo.
Ochos de los dieciséis escritores que tienen su placa en el Paseo de las letras de Molina de Segura.
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