viernes, 15 de febrero de 2019

Escena de Versos envenenados, 25


        
    Siguieron conversando sobre el poeta chileno hasta que llegaron al destino que había elegido Carlos. El restaurante se llamaba El Chaleco, en Alhama de Murcia, en la avenida Almirante Bastarreche. Pronto encontraron aparcamiento y caminaron muy juntos hasta el local donde iban a cenar.
            ¿Lo conoces?
            He oído hablar de él.
            Tenían mesa reservada y pronto estaban sentados frente a frente. Carlos sabría aquella noche que ella no comía carne, que era vegetariana, pero el menú del restaurante permitió que la cena fuera espléndida. Cuando pidió vino, lo hizo para él, ella solo bebía agua. Nada impidió que la velada fuese muy agradable, que conversasen largamente sobre poesía, sobre Neruda y sobre otros poetas que ella había leído o que estaba leyendo en ese momento.

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