Caminaron hacia la calle San Miguel y entraron en el restaurante chino Me-Hua. Durante todo el trayecto, desde Ronda Norte, fueron hablando de muchas cosas. Cenaron y hablaron. Carlos se sentía perdido, en el limbo, todo cuanto hablaron se quedó en la memoria ram, como si su cabeza hubiese sido un pc y al apagarlo perdió todo cuanto había en esa memoria. Trabajo, relaciones laborales, compañeros y compañeras, amigos, vivencias anteriores. Pero no tenía constancia clara de nada en concreto.
jueves, 27 de septiembre de 2018
Escena de Versos envenenados, 12
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