Fue la primera vez que la vio, aunque casi no reparó en ella.
Permanecía en la cola de la
Biblioteca, para devolver el libro que había estado leyendo, Azul..., de Rubén Darío. Delante de él
una mujer insistía en que el libro no estaba en su estante, a pesar de que
constaba como que había sido devuelto. Él se atrevió a intervenir, dijo que
difícilmente estaría en el estante cuando lo tenía él en ese momento en la
mano, y lo había estado leyendo. La mujer se volvió y le miró, sonriendo. Le
dijo que llevaba casi un mes esperando, y él se disculpó asegurando que no
había podido leerlo antes.
¿Quieres saber más PINCHA?
No hay comentarios:
Publicar un comentario