En el número de mayo, de la revista cultural Agitadoras, Rubén Castillo comenta Versos envenenados y, entre otras cosas, destaca:
La narración que nos propone Francisco Javier Illán es, sí, una novela negra; aunque también contiene muchas más cosas... Esa amalgama enriquece el texto y lo mantiene a salvo de cualquier etiqueta genérica que le queramos adjudicar, porque las asume y a la vez las niega, gracias a la creatividad lúdica de su compositor. En suma, un trabajo libre, innovador y pulposo, donde el novelista murciano abre veredas sorprendentes para los lectores, quienes sin duda quedarán sorprendidos con sus experimentaciones.
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