Germán Díez
El cocinero del rey
M.A.R. Editor, junio de 2014
Nos encontramos ante una muy recomendable novela donde el autor nos describe la picaresca que caracterizaba al siglo XVI español: astucia ante los retos y la vida y el desahogo de los deseos carnales junto al fervor religioso de una sociedad gobernada por un rey tan poderoso como fue Felipe II.
Todo ello representado en Juan de Valdivia, quien decide dejar su pueblo natal, Agüero, para entrar como cocinero al servicio del rey. El personaje nos va contando, casi paso a paso, sus aventuras y desventuras hasta llegar a la villa y corte.
El viajero era, como nos lo describen, "ligero de bragueta" y amante del buen comer y el buen beber. Esta característica de su personaje es aprovechada por el autor para ir descubriéndonos las ciudades por donde caminó su personaje, las costumbres de los lugares, ya fueran modestos o principales, siempre con una pizca muy oportuna de picaresca y utilizando un lenguaje apropiado al momento histórico.
Puedes estar convencido, desconocido lector de esta reseña, que conocerás las comidas de aquellos años (excelente la descripción de la sopa y sus siete virtudes: quita el hambre y la sed, llena el vientre y limpia el diente, hace sufrir y dormir y la mejilla roja venir) y casi un tratado del refranero popular, siempre en boca o en la pluma de Juan de Valdavia; y también conoceremos la profusión de mancebías, donde hombres como él salían ligeros de cuerpo y bolsa.
Sí, al final consiguió convertirse en cocinero mayor de Felipe II y, con ello, tener el privilegio de ver pasar la historia a su lado.
Te recomiendo, lector, que no dejes pasar la oportunidad de leer El cocinero del rey.
Francisco Javier Illán Vivas
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