Los viejos tienen la muerte, los jóvenes el amor.
Y la muerte viene una sola vez y el amor muchas
Yasunari Kawabata
Con qué ferocidad acude el recuerdo,
sólo él sigue siendo joven
y daña la desaparecida felicidad
de estar vivo, aún en un glacial vacío.
No quiero que la niebla traicione
la lealtad del recuerdo
de una mujer desnuda bajo el rocío.
Para lealtad, el sentido del olfato
tan presto a evocar los recuerdos
del calor de tu cuerpo joven, y fresco
como una mañana de veinte años.
Entonces tu piel se adhería a la mía,
hoy, en la despiadada cincuentena,
vivo en vecindad con la muerte.
Francisco Javier Illán Vivas
Crepusculario
6 comentarios:
Bonito poema. Bonitos versos que llegan al corazón como un flecha punzante. Fuerte y a la vez tierna manera de recordar y no dejar de hacerlo, que amaste y amas. Un beso desde el fondo del alma.
Gracias, Mariángeles.
Precioso.
Es precioso.
Hoy he sentido la necesidad de volver a pasear por esta ferocidad de recuerdos. Sensaciones que inunda mi cuerpo y emociones transformadas en lagrimas. Siento porque vivo y vivo y al vivir no quiero perderme cosas tan hermosas como esta FEROCIDA. Te felicito de nuevo desde el fondo del alma.
Muy agradecido con vuestras palabras.
Seguiré intentando hacerlo mejor.
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