Hay un rastro
de olvido
en las escaleras,
un rastro
que acerca
a una puerta
cerrada
desde siempre,
y, aunque te
acerques,
no abre
no responde
no te deja
no, no permite
que entres
y, te juro,
no hay mayor dolor
que volver
sobre un rastro
de olvido.
Francisco Javier Illán Vivas
Tertuliemos I
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