Durante mi reciente visita a Oviedo, camino de la calle por donde pasea Woddy Allen, un paisano- viendo que dudaba sobre qué dirección seguir-, me preguntó si podía ayudarme.
Le dije lo que deseaba, estábamos junto al semáforo, para cruzar la calle Argüelles. Mientras el controlador de la circulación cambiaba a verde para los peatones, me recomendó que visitase el Museo de Bellas Artes, "no es el Prado, pero seguro que cuando lo hagáis os acordaréis de mí".
Nuestros caminos se separaron en ese mismo lugar. Y, después de saludar a Allen, disparar un par de fotografías, y siendo, como eran, las 11 y cuarto de la mañana de un apacible sábado- por la tarde llovería una vez más- nos dirigimos a comprobar esa recomendación del paisano.
Y os aseguro que la visita merece la pena: obras de El Greco, Goya, Sorolla, Dalí, Picasso... muchas de ellas gracias al mecenas Pedro Masaveu Peterson, cuyos herederos tuvieron que dejarlas como pago de los derechos de herencia.
Y, además, el museo ¡te permite tomar fotografías y vídeo! Algo que no ocurre en el Prado, me gustaría haberle podido agradecer al paisano su recomendación de visitar este lugar, cercano a la Plaza de la Catedral, otro lugar que merece la pena visitar.
Tomé varias, pero ahora sé que me faltó una: Después de una huelga, de José Uría y Uría, una de las obras maestras de la pintura social en España.
Le dije lo que deseaba, estábamos junto al semáforo, para cruzar la calle Argüelles. Mientras el controlador de la circulación cambiaba a verde para los peatones, me recomendó que visitase el Museo de Bellas Artes, "no es el Prado, pero seguro que cuando lo hagáis os acordaréis de mí".
Nuestros caminos se separaron en ese mismo lugar. Y, después de saludar a Allen, disparar un par de fotografías, y siendo, como eran, las 11 y cuarto de la mañana de un apacible sábado- por la tarde llovería una vez más- nos dirigimos a comprobar esa recomendación del paisano.
Y os aseguro que la visita merece la pena: obras de El Greco, Goya, Sorolla, Dalí, Picasso... muchas de ellas gracias al mecenas Pedro Masaveu Peterson, cuyos herederos tuvieron que dejarlas como pago de los derechos de herencia.
Y, además, el museo ¡te permite tomar fotografías y vídeo! Algo que no ocurre en el Prado, me gustaría haberle podido agradecer al paisano su recomendación de visitar este lugar, cercano a la Plaza de la Catedral, otro lugar que merece la pena visitar.
Tomé varias, pero ahora sé que me faltó una: Después de una huelga, de José Uría y Uría, una de las obras maestras de la pintura social en España.
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