Hacía tiempo que había leído la primera parte, pero cuando comencé con las primeras líneas de El Rey de las Esfinges, todos mis recuerdos se presentaron en mi cabeza para reecontrarme con dos viejos amigos.
En esta obra, Paco Illán ha sabido evolucionar con sus personajes; haciéndolos más humanos -no en vano ya llevan un tiempo sin ser Eternos en la práctica- y dejándo una duda razonable acerca de si serán capaces de solucionar los entuertos que se les presentan. Uno en el fondo sabe que sí... pero ya no está tan claro como en la primera entrega.
La novela se puede dividir en dos partes bien diferenciadas. La primera, aún siendo trepidante, me gustó menos, pues me perdí en una historia de bárbaros que, aún siendo interesante, me alejó de las aventuras de Eostes y Eleazar. Sin embargo, una vez que llegamos a los desiertos, el tapiz que teje Paco es prodigioso, no dejando ni un hueco sin hilar, de modo que la acción y la reflexión nos van haciendo avanzar a lo largo de la novela. Me gusta en especial el desenlace de la obra, donde Eostes cobra un valor especial y donde gran parte de los enigmas cobran sentido delante de El Señor de los Enigmas o Rey de las Esfinges.
Enhorabuena, Paco.
Lo Mejor: La evolución de los personajes que se hace cada vez más auténtica -aunque sea pura fantasía-.
Lo Peor: Los guiones están en ocasiones mal colocados, en especial al principio. Es posible que sea por una mala maquetación. Pero, evidentemente, es un detalle insignificante.
2 comentarios:
Hola Paco. Gracias por las palabras que me has dejado en mi bitácora. Espero que todo vaya fenomenal y me alegro particularmente de que tu última novela siga recibiendo críticas positivas.
Un abrazo.
Desde mi lugar de la huerta.
De nada. A seguir, aunque vengan estos días de calores cuarenteneras.
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