domingo, 24 de agosto de 2008

Al mar, a la mar


Como prometí, pasado el periodo de vigencia del número de Julio-Agosto de la revista sociocultural Entrelíneas, os iba a subir el relato que se publicó en ese número especial de verano.

Ya estamos a 24 de agosto y el equipo de redacción me consta que trabaja en el número de septiembre, para tenerlo listo en las primeras fechas del venidero mes, por eso aquí os reproduzco el relato.

Pinchad sobre él y se hará grande.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Paco,
Decirte que tu relato de Entrelíneas me parece bellísimo y embriagador, una magnífica manifestación de esas dotes de poeta que te caracterizan. Lo describes con tanta emoción y elegancia, que uno tiene la sensación de estar paseando por un sueño.
También te felicito por lo que comentas en el post anterior. Si no lo he entendido mal, se han leido unos poemas tuyos en la radio argentina, y nada menos que "en representación" de la "lírica española", y en la misma parrilla junto poetas de la talla de Octavio Paz.
Bueno, decirte que te envié un email, al que no me has contestado nada, ni siquiera para un breve comentario o simplemente para decirme que lo has recibido. Te lo digo porque estoy un poco contrariado, ya que Jesús Pons tampoco ha contestado aún al email que le envié a él y de ti no sé nada desde el otro día que nos vimos y publicaste el post de nuestro encuentro. Incluso ayer te llamé por teléfono y lo tenías apagado. En fin, supongo que andarás ocupado.
Por cierto, decirte también que es un poco "pestiño" el tener que darse de alta en una cuenta de Google para poder escribirte un comentario en tu blog, y supongo que ése es el motivo de que no tengas más comentarios tus lectores.
Bueno Paco, que acabes bien el fin de semana. Saludos!!
Juan P.

François de Fronsac dijo...

Hola.

Gracias por tus palabras, Juan Patricio. Las otras cosas te las respondo por correo electrónico.

Un saludo y lamento lo de "pestiño", pero es algo que casi exigen todas las bitácoras, incluso otras, que escribas una clave, además de estar dado de alta.
Saludos.

Rosa Cáceres dijo...

Poético, mágico, brumoso y luminoso a la vez, en paradoja que sólo consiente la leyenda, así es este relato tuyo, un relato sin más tema que la belleza y sin máa acción -no hace falta ninguna otra- que la intensa búsqueda de la esencia de to kalon (lo bello) tal y como se encuentra inscrito en lo más profundo del alma del poeta.
Es relato para paladear despacio, para compartir sensaciones con las que cualquier buscador de lo eterno se identifica. Mito, caverna en sombras repentinamente iluminada por rayos de luna llena o de sol dorado, interrogantes que interpelan a lo misterioso e ignoto.
Nadie como tú domina ese registro.

François de Fronsac dijo...

Hola.

Gracias, Rosa. Nuchas gracias.