En efecto, y sorprendentemente, tanto como a él le sorprendió encontrar el libro, el escritor de Alhama de Murcia, José María Fernández-Luna, conocido en los foros de internet como Patrick Ericson, comenta Dulce Amargor, mi segundo poemario, que se agotó casi el mismo día de su presentación, en el Aula de Cultura de Cajamurcia, en Molina de Segura, una lejanísima primavera del 2005.
Este es su comentario:
Anoche me ocurrió algo sorprendente. Buscaba uno de mis libros entre las estanterías de la habitación de mi hijo Eric, cuando descubrí un pequeño libro de poemas de Francisco J. Illán Vivas. Da la casualidad que, días atrás, acababa de leer su novela "La cólera de Nébulos". En aquel instante decidí echarle un vistazo al poemario. Comencé a leer, y me olvidé de todo lo demás. Buscaba información para una obra que estoy escribiendo, y tuvo que esperar porque la poesía de Paco, nuevamente, me había atrapado.
Quisiera destacar de la obra su canto al amor y a la melancolía, versos de gran belleza erótica (algunos) y otros que se mueven por las insufribles pasiones de dolor que suelen acompañar al hombre en su viaje por la vida. "Dulce Amargor", resume en sí la complejidad de una existencia marcada por las buenas y malas experiencias. El título, tan sugestivo como bien empleado, me ha traído a la memoria aquel verso de la gran poetisa de Lesbos, Safo, quién decía: "¡Amor!... agridulce tormento". Con estas palabras resumía la décima Musa la condición de una vida entregada al amor por la belleza y la poesía, que siempre es algo que encontramos en las personas que tenemos a nuestro lado. Y así, Francisco Javier, ha querido regalarnos parte de esos sentimientos que unas veces dan color, y otras veces sombras, a nuestra vida.
Podéis leer el comentario completo, y un poema que añade, AQUÍ.
Quisiera destacar de la obra su canto al amor y a la melancolía, versos de gran belleza erótica (algunos) y otros que se mueven por las insufribles pasiones de dolor que suelen acompañar al hombre en su viaje por la vida. "Dulce Amargor", resume en sí la complejidad de una existencia marcada por las buenas y malas experiencias. El título, tan sugestivo como bien empleado, me ha traído a la memoria aquel verso de la gran poetisa de Lesbos, Safo, quién decía: "¡Amor!... agridulce tormento". Con estas palabras resumía la décima Musa la condición de una vida entregada al amor por la belleza y la poesía, que siempre es algo que encontramos en las personas que tenemos a nuestro lado. Y así, Francisco Javier, ha querido regalarnos parte de esos sentimientos que unas veces dan color, y otras veces sombras, a nuestra vida.
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