en reuniones, en congresos,
en las estaciones del tren
en las paradas de autobuses.
Algunas veces tu aroma cruzaba
soltando al aire
por alguien impreciso
y mis ojos te buscaban
en los paseos, en los puertos,
en los estadios de fútbol
en las colas de los cines.
Te buscaba entre las caras,
de espaldas al sol,
encandilado por sus rayos,
millones de ojos miré
miles de rostros procesé,
en las colas del metro,
en las consultas de los hospitales
en las fiestas de cientos de pueblos,
perdidos en cada geografía
preguntando al mapa
cual sería la próxima parada.
Solía buscarte en el universo,
mirando entre las estrellas
tanto a pleno sol
como bajo la luna,
entrando en internet
pregunté al mundo
si vieron tu mirada
si olieron tu perfume.
Y un día, paseando entre arenas
con paso lento y sin destino
el aire agitó unas indecisas banderas,
levantando la mirada,
aún no sé el motivo,
olí tu aroma
vi tu mirada.
Supe que me amabas,
supiste que te amaba.
Y conocimos la diferencia
entre amar y estar enamorados.
Francisco Javier Illán Vivas
Crepusculario
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