viernes, 6 de noviembre de 2009

Hablando de libros con Enric Herce Escarrá


Enric Herce Escarrá, Barcelona, 1972, es licenciado en Filología Inglesa y aunque ha desempeñado distintos trabajos como el de webmaster o profesor de inglés, en la actualidad trabaja como técnico especialista en la Biblioteca de Letras de la Universidad Rovira i Virgili, de Tarragona.

Ganador del primer premio MiasMa de relatos de terror en catalán, el Tierra de Leyendas IV de sedice.com y finalista del segundo premio MiasMa de relatos de terror en catalán y del certamen de relatos cortos “Einstein y el Quijote” convocado por el Ciemat, ha publicado en versión digital la novela corta La luna dormida, con Ediciones Efímeras, así como diversos relatos y poesías en diferentes fanzines (Catarsi, Tierras de Acero MGZN, Miasma y Mascarada); en otros tantos ezines (BEM on line, Aurora Bitzine, NGC 366,...) y en la revista Historias Asombrosas.

Ha sido recogido en diferentes antologías: Tierras de Leyendas IV, Tierras de Leyendas V, De la caballería andante a la teoría de la relatividad y en el Visiones 2008 de la AEFCFT, de próxima aparición.

Friki es su primera incursión en la literatura infantil.

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Pregunta.- Enric, eres licenciado en filología inglesa, has trabajado de webmaster y profesor de inglés, pero te ganas la vida como técnico especialista en una biblioteca. Un viaje, no sé si largo o no, para regresar a los libros.
Respuesta.- En realidad la literatura siempre ha estado ahí. Cuando no formaba parte directa de mi trabajo, como en mi época de webmaster o profesor, lo compensaba escribiendo y leyendo más que nunca. El viaje se me ha hecho cortísimo, pero creo que eso le pasa a todo el mundo.


P.- Hasta la fecha tu faceta creativa ha estado orientada al relato fantástico, a las historias asombrosas. Incluso tu primera novela, La luna dormida, tocaba el género de terror. Un género en el que fuiste finalista del premio MiasMa.
R.- Me gusta disfrutar de historias realistas en el cine y en la literatura, pero cuando soy yo el que toma el timón de la nave el elemento fantástico casi siempre termina por aparecer. Ahora lo hago de forma consciente, pero cuando empecé a ensuciar folios surgió de forma natural, nada premeditada. Evidentemente no descarto escribir algo fuera del género, de hecho estoy casi convencido de que algún día me apetecerá hacerlo. Me gusta que mis proyectos sean lo más distintos posibles y supongo que, tarde o temprano, iré en esa dirección.
Recuerdo el premio Miasma con un cariño inmenso. Gané la primera convocatoria del premio de terror y quedé finalista en la segunda. Nunca había asistido a una entrega de premios y la verdad es que lo conservo como uno de los momentos más emocionantes de mi vida. Pocas veces he estado tan nervioso. Por desgracia, a día de hoy, tanto el fanzine como el premio Miasma ya han desaparecido.


P.- Con Friki experimentas un nuevo campo, la literatura infantil.
R.- Cierto. El Premio Barco de Vapor fue el acicate perfecto para lanzarme a esta aventura. Empecé con suma cautela, midiendo cada palabra y usando estructuras sencillas, consciente de que no podía escribir igual que cuando me dirigía a un lector adulto; pero a medida que avanzaba y cogía el tono, la historia avanzó a pasos agigantados y disfruté el proceso muchísimo. No gané el premio, pero ha terminado siendo mi primer libro publicado en papel.


P.- Pero que no se confundan los lectores. En Friki encontraremos todo ese mundo del que hemos hablado: fantasía, ciencia ficción, toques de terror en los kranks, informática y cuentos, mucho cuento encadenado.
R.- Tú lo has dicho. La primera parte del libro se centra en Tomás y sus circunstancias, pero en la segunda la trama se desborda por completo y pasamos de un plano cotidiano a uno intergaláctico en el que las naves espaciales y los alienígenas toman un papel protagonista, hasta llegar a ese acto final metanarrativo.


P.- Para un admirador de Elvis como quien te entrevista, que sea citado en una novela es todo un placer. ¿Cómo se te ocurrió esa escena y por qué El rey del rock?
R.- Fue una inspiración del momento. Quería darle un toque de humor al hecho de que los alienígenas hubieran intentado contactar con alguien que ellos consideraban erróneamente como el ser más importante del planeta. Tenía que ser alguien con un título ficticio pero tremendamente popular. Elvis me vino a la cabeza en seguida. Entendí que muchos niños de hoy no sabrían quien es Elvis, pues es un referente que les empieza a caer lejos, pero decidí mantenerlo convencido de que era la elección que mejor encajaba en la historia y que no estaba de más darlo a conocer a aquellos jóvenes lectores que ignoraran de su existencia.


P.- Expliquémosle, a quien no lo sepa, qué es el OECI.
R.- Son las siglas de la Organización Estelar de Conflictos interplanetarios. Un ente ficticio que vela por mantener el orden en la galaxia interviniendo como mediador en caso de disputa entre sus planetas miembros o sus planetas miembros y terceros, como es el caso del libro.


P.- ¿Y una petición AJ-19?
R.- La denuncia más grave que un planeta puede presentar contra otro. Se produce cuando se considera que los habitantes de dicho planeta no están atendiendo debidamente con sus responsabilidades y deben ser expulsados del mismo.


P.- Se habla mucho, y se legisla, sobre la autoridad para el profesor. ¿Crees que alguna vez los directores de colegios tendrán un cañón de plasma para solucionar los conflictos o poner orden en las aulas, como le hubiese gustado a Tomas?
R.- Esperemos que no se tenga que llegar nunca a ese punto y que el sentido común, cada vez más escaso en lo referente a nuevos planes de estudio, impere. Si los padres asumen su responsabilidad de educadores y los profesores pueden desarrollar en condiciones su tarea de formadores, recibiendo el respeto que merecen, todo será mucho más sencillo.


P.- La colección La Osa Mayor de Edimáter pretende que en sus obras, de forma implícita, aparezcan valores humanos. ¿Cuál o cuales de ellos has querido resaltar?
R.- Sobre todo el derecho a ser uno mismo, a tener la valentía de serlo en lugar de terminar cediendo al estereotipo que los demás ven en nosotros. En esa misma dirección, el derecho de cada pueblo a ser respetado por sus singularidades en lugar de rechazado como algo extraño y, en consecuencia, negativo.



P.- Cambio climático, deforestación, reciclaje, uso del transporte público... Me parece un acierto incluirlo en la lectura de los más jóvenes.
R.- Es algo, por desgracia, inevitable. Tal y como estamos haciendo las cosas no nos queda otra que esperar que ellos lo hagan mucho mejor. Serán las generaciones venideras las que realmente tendrán que cargar con la responsabilidad de solucionar los problemas de sostenibilidad que nosotros les dejaremos en herencia. Creo que es bueno que tengan conciencia de eso desde bien pequeños. Lo que sí intenté es presentar el asunto de una forma distinta, que invitara a la reflexión presentando datos reales, ejemplos mundanos y una aventura entretenida, quise eludir en todo momento el panfleto demagógico.


P.- La novela está dedicada a Enric y Maribel, pero quiero destacar que al final del libro, en agradecimientos, no olvidas citar a más de cincuenta personas.
R.- La novela está dedicada a mis padres, pero como muy bien dices los agradecimientos son largos. De hecho su redacción me llevó más tiempo que alguno de los capítulos del libro. Como apunto ahí mismo, una primera novela es la primera parada de un largo camino y son muchos los arrieros que uno se ha encontrado a lo largo del mismo; creo que no hay nada más satisfactorio que entender lo mucho que se les tiene que agradecer y poder hacerlo. La editorial estuvo a punto de prescindir de los agradecimientos por considerar que no pegaban en un libro infantil, pero me puse muy cabezón al respecto y logré que los mantuvieran.


P.- ¿Qué estás escribiendo ahora?
R.- Tengo a medias dos novelas desde hace tiempo, una de ciencia-ficción y otra de terror. No quiero entrar en detalles por aquello de que mi ritmo de escritura actual es muy bajo y todavía no tengo claro si voy a terminarlas algún día.



P.- ¿Usas mucho la papelera? Te lo pregunto por que en una anterior entrevista Blanca Andreu nos decía que publicar un libro al año a toda costa para estar en el candelero va en detrimento de la obra, que ella usa mucho la papelera: hay que pensárselo mucho para poner en el papel algo que merezca la pena ser leído.
R.- Soy más de escribir lentamente y revisar constantemente que de avanzar a toda máquina y luego tener que usar el machete.


P.- ¿Escribir es al mismo tiempo un regalo y una opresión. Como apunta la escritora hindú Anuradha Roy?
R.- Totalmente de acuerdo y considero que eso es extensible a todo proceso creativo. Escribí una columna en Sedice que trataba precisamente este tema:
http://www.sedice.com/portada/index.php?q=node/152


P.- No me resisto a añadir esta reflexión de Francisco Gijón pone en boca de uno de los personajes de su última novela: nadie que es feliz escribe, como tampoco nace el arte de ningún ser pleno.
R.- Muchos creadores dicen que parieron sus mejores obras en épocas de crisis y entiendo que el sufrimiento es un buen motor para el arte, pero no creo que sea el único. No existe ningún ser humano pleno ni totalmente feliz. Teniendo en cuenta el mundo en el que vivimos, si existe una persona así es que es un completo idiota o un egoísta redomado y, siguiendo el razonamiento del personaje que citas, todos seríamos escritores potenciales.


P.: Haruki Murakami dijo una vez que escribir novela es un reto, escribir cuentos un placer, que es la diferencia entre plantar un bosque o plantar un jardín. Tú, que has cultivado, ambos géneros, ¿cómo lo ves?
R.- Supongo que esto depende mucho de cada escritor. Hay novelas que se escriben en semanas, incluso días, y cuentos que pueden llevar meses de trabajo. Prefiero el famosísimo símil pugilístico de Cortázar según el cual en la novela se gana al lector por puntos y en el cuento por KO. Yo añadiría que con el microrrelato se le debe noquear sin que tenga tiempo a saberse en una lona.


P.: Y como esta sección se llama Hablando de Libros, el futuro de los mismos, ¿cómo lo ve el técnico especialista de una biblioteca?
R.- Trabajo en una biblioteca universitaria donde la mayor parte de documentos tienen una función docente y de investigación, en este campo el camino a seguir está claro: el formato electrónico ofrece la inmediatez y el ahorro de espacio que necesitamos, y esa es la tendencia que se está siguiendo, especialmente en obras de consulta de corta periodicidad como repertorios jurídicos o revistas. En cuanto al libro como objeto de ocio y cultural, no tengo nada claro que se vea sustituido a corto plazo por lectores digitales. El esfuerzo que los productores de estos aparatos están haciendo por reproducir el papel, incluso el efecto de pasar las páginas, no hacen más que reafirmarlo como perfecto en su diseño, y en consecuencia, difícil de sustituir.


Ha sido un placer charlar contigo, Enric. Muchas gracias.
El placer es todo mío, Francisco. Gracias a ti.

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