viernes, 8 de agosto de 2008

Hablando de libros con José María Fernández-Luna (Patrick Ericson)


José María Fernández-Luna, 1.962, un alhameño que ha conseguido algo que muy pocos han tenido el honor, publicar una novela, “La escala masónica”, con una de las editoriales más famosas del país, Vía Magna. “Soy una persona muy poco vanidosa”, -nos cuenta-, “me conformaría con que se vendiera esta edición, [5.000 ejemplares], y que se sacara una segunda edición. Como el propio título de la novela indica, creo que hay que subir los peldaños uno a uno y sobre todo hay que tener mucho cuidado con el último escalón que es el del orgullo”, -matiza con una sonrisa en la boca-. Atendiendo a sus palabras, y teniendo en cuenta que ha tenido que esperar ocho años para que le publiquen su primera novela, podríamos decir que también es una persona optimista, “mientras que estemos vivos hay tiempo para solucionarlo todo”, -señala-, no en vano afirma que una de las cualidades que más le gusta de su propia personalidad es su fuerza interior, “no me hundo por casi nada”.
José María Fernández-Luna ha decidido firmar sus novelas como Patrick Ericson por tres motivos fundamentalmente. “El primero de ellos es el de hacer un pequeño homenaje a sus dos hijos, Patricia y Eric”, -señala con orgullo-. El segundo tiene más que ver con demostrar que la calidad de una novela no se mide por el nombre de su autor sino más bien por la calidad literaria de la misma, el último de los motivos se encuentra a mitad de camino entre el capricho y la manía, “siempre he querido tener un nombre anglosajón y pensé que esta es la oportunidad ideal para ello”, -matiza con una sonrisa-.
Por Gerardo Cañavate Saura, para Revista sociocultural Entrelíneas.


Fernández-Luna y la literatura
José María nos confiesa que su amor hacia la literatura le viene gracias, sobre todo, a una persona, su tía Concha Fernández-Luna, escritora de cuentos infantiles, de relatos breves, bibliotecaria en el Vaticano y amante de la literatura, “me influyeron mucho sus experiencias y encuentros con escritores como Alberti. También los cuentos que nos contaba de pequeños a mi hermana y a mí”, -comenta-, “a raíz de ahí uno de mis sueños de pequeño ha sido el de ser escritor”.
“Esta novela diría que es de misterio, un poco esotérica y, sobre todo, con un final en el que trato de enseñar algo a quien la lee, me gustaría transmitir amor por la sabiduría”, -así define Fernández-Luna su novela-. Dos años buceando en bibliotecas e Internet ha sido el germen de su primera novela distribuida por toda la geografía española, “durante el proceso de creación de la novela”, -nos cuenta-, “los personajes te van guiando para encauzar la novela en un sentido o en otro”.
Fernández-Luna admite aparentar ser una persona seria, sin embargo, para desquitarse nos comenta entre risas que ha hecho cosas escandalosas, “en una ocasión me subí a la barra de un bar a bailar disfrazado de Pedro Picapiedra”. Pero volviendo a asuntos serios, como es la literatura, afirma que la única vacuna que existe hoy día contra esa manía que tenemos los españoles de no leer es la de tirar la televisión a la basura, “hay que acudir más a las bibliotecas, participar más en foros de literatura”, -señala con ahínco-, “hay que leer de todo, no solo novela”, -continúa explicando-, “necesitamos aprender para llegar a ser mejores personas. Y aprendemos, sobre todo, leyendo”, -sentencia con rotundidad-.
“No creo en los concursos literarios”, -señala-, “hay una leyenda de que estos concursos están premiados de antemano. No sé si será así, pero en la mayoría de ocasiones se acierta el ganador si sabes quién se ha presentado al concurso”, -afirma-.

¿Es necesario tener un buen agente para poder llegar a algún sitio?
J. M: Yo creo que sí. En mi caso personal no tengo más que agradecimientos para mi agente porque las tres novelas que le he enviado en un plazo de 30 ó 40 días me las ha colocado las tres. Creo que sí que es necesario, pero también vender buenas historias.

¿Por qué debemos comprar y leer “La escala masónica”?
J. M: En primer lugar por que te engancha desde el principio, en segundo lugar, porque es una novela cuyas tres cuartas partes transcurren en la Región de Murcia y eso es muy poco frecuente. Como murciano he querido centrar un poco la novela en Murcia y espero que los murcianos la lean porque entre otras cosas narra la historia de una leyenda que corre en torno a la catedral de Murcia sobre la cadena de piedra que circunda la capilla de los Vélez y a partir de esa leyenda yo he creado esta novela. Y en tercer lugar porque la novela, ante todo, trata de enseñar algo. Espero que el que lo lea aprenda amar un poco más la ciencia, la filosofía, la historia: la sabiduría, en definitiva.

El libro salió a la venta el pasado 12 de mayo, ¿para cuándo una presentación aquí en Alhama?
J. M: La verdad es que no lo sé. Me gustaría presentarla aquí pero la editorial no va a hacer una presentación en un pueblo pequeño como Alhama. Personalmente, espero que nos pongamos de acuerdo con el Ayuntamiento para poder hacer una presentación de la novela en Alhama de Murcia.

¿Ha recibido algún tipo de ayuda económica o subvención por parte del Ayuntamiento?
J. M: Yo creo que nadie recibe ningún tipo de ayuda personal. Desde la Concejalía de Cultura han creado un importante certamen literario como es el Martínez-Mena. Además en los últimos años se están haciendo diferentes actividades literarias en Alhama sobre todo para festejar el Día del Libro. No es que se haga mucho, pero hay un club de lectura, [Macondo]. En definitiva creo que se apoya poco a la literatura, pero creo que poco a poco se están dando pasos importantes para que la literatura tenga la importancia que debe de tener.

Usted es una persona bastante tenaz, ¿La escala masónica es fruto de esa tenacidad?
J. M: Sí. Soy una persona que me empeño en mis propósitos, en mis ilusiones. Con la literatura me ha pasado lo mismo. Yo nunca he perdido la ilusión, nunca me he desalentado por que no me han publicado o por que no he conseguido algún premio. Yo ante los tropiezos me crezco y este libro sin duda es fruto de todos estos años luchando.

En septiembre publica su segunda novela, “Génesis, el ritual rosacruz”, háblenos un poco de ella...
J. M: Esta novela sí que es más histórica que “La escala masónica”. Se centra en el siglo XVIII y es del mismo corte que esta primera novela, porque prácticamente están escritas las dos casi a la vez. Solo te puedo decir que tiene un final muy sorprendente en el trato de demostrar que hay muy pocas cosas que nos diferencien al hombre y a la mujer.

En el proyecto de creación de la novela supongo que habrá tenido que renunciar a muchas cosas y habrá tenido que hacer muchos sacrificios?
J. M: Sí, muchos. Hay un refrán que dice que un escritor es una persona que no ve el sol. Todo mi tiempo libre lo dedico prácticamente a escribir, leer, corregir y recopilar información. Todas las noches se me hace la una o una y media escribiendo y cuando llega el fin de semana alargo la noche un par de horas más. Escribir es algo que me gusta mucho y cuando haces cosas que te gustan las haces con placer. Prefiero emplear mi tiempo libre en la escritura antes que ir de viaje, ir a charlar con los amigos al bar... El coste de oportunidad de la vida, siempre hay que elegir... [risas].

Aún ignorando si su trabajo va a llegar a la gente...
J. M: Por supuesto, yo nunca esperaba publicar por que es muy complicado publicar hoy en día. La verdad nunca me lo había planteado en serio. Lo único que tenía claro es que me gustaba escribir y le he dedicado mucho tiempo y nunca he perdido la esperanza, ni la ilusión. Sabia que era realmente complicado publicar, pero cuando te empeñas en algo y luchas por ello tienes muchas posibilidades de conseguirlo.

Dé un consejo a todos aquellos que les gusta escribir, pero que se desesperan un poco porque su trabajo no se ve recompensado.
J. M: Sobre todo creer en uno mismo. Escribir por encima de todo. Y lo que es más importante no desesperar, tener constancia e ilusión.
Yo he llegado a escribir tres veces una misma novela que sigue sin estar publicada, lo importante es creer en lo que uno hace.

3 comentarios:

François de Fronsac dijo...

Hola.

Os habréis fijado que la fotografía mía que he puesto en la bitácora, está inspirada en esta de Patrick.

Saludos

Patrick Ericson dijo...

Este verano ando despistado total, no me había dado cuenta de que había un enlace. Gracias, Nébulos.
Por cierto, me gusta la fotografía.

François de Fronsac dijo...

Me alegro, temías que me pusieras una demanda por plagio. (je, je)