Durante tres años su relación había permanecido en el más
oculto de los secretos para todo el personal de la empresa, excepto para Marta.
No tuvo más remedio que confesarle que estaban saliendo juntos cuando ella les
descubrió en el lugar menos previsible, cenando en La Tana, Cabo Palos. Era cierto que
durante unas fechas anteriores a ese «fortuito» encuentro, Marta le fue
lanzando indirectas respecto a que salía con alguien y no se lo había dicho. Por
cosas así Carmen pensaba, a veces, que su amiga estaba interiorizando el oficio
de su actual pareja, que era policía nacional.
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