miércoles, 22 de agosto de 2018

Escena de Versos envenenados, 7


Fue la primera vez que la vio, aunque casi no reparó en ella. Permanecía en la cola de la Biblioteca, para devolver el libro que había estado leyendo, Azul..., de Rubén Darío. Delante de él una mujer insistía en que el libro no estaba en su estante, a pesar de que constaba como que había sido devuelto. Él se atrevió a intervenir, dijo que difícilmente estaría en el estante cuando lo tenía él en ese momento en la mano, y lo había estado leyendo. La mujer se volvió y le miró, sonriendo. Le dijo que llevaba casi un mes esperando, y él se disculpó asegurando que no había podido leerlo antes.


 ¿Quieres saber más PINCHA?

No hay comentarios: