martes, 3 de marzo de 2015

Hablando de libros con Juan Silva Fernández


Juan Silva Fernández, nace en Madrid en 1981, pero nos encontramos en Aranjuez, donde reside. Le entrevisté por primera vez en 2008 y desde entonces se ha especializado en novela. Le gusta definirse como autodidacta y tiene dos grandes aficiones: escribir y pintar (entonces, hace unos años, cambié el orden de las preferencias: pintura y escritura).
Es un joven reservado, creo que ya ha superado aquella timidez de la que os hablé en la anterior entrevista, pero no estoy seguro. Por estos dos motivos puede que sus novelas posean esa especial visión de los personajes, de sus fobias, de sus miedos, de sus sentimientos más profundos.
Aquí, en la novela que hoy nos ocupa, con dos hermanos como protagonistas, está reflejado lo que escribo más arriba.

Una entrevista de Francisco Javier Illán Vivas.
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PREGUNTA.- Han pasado unos cuantos años desde que hablamos la primera vez para esta misma sección. Entonces fue alrededor de La ley de las sombras, su primera obra publicada. Una obra que no era nada sencilla en su trama. Hoy volvemos a charlar, esta vez alrededor de una obra profunda, que no dejará impasible al lector: Sección B. Habitación 005. Los hermanos.
R.-: Muchas gracias Francisco, por esta bonita presentación y porque estoy encantado de volver a hablar contigo después de estos años. Y sí, sí que ha llovido desde la última vez… Todavía me parece increíble estar aquí contigo presentando una obra cuyo primer borrador lo escribiría hará unos diez años, incluso publiqué un libro de relatos antes, y me alegra sobremanera que hayas notado una evolución desde la primera vez. Me siento muy feliz por haber conseguido publicar este libro.


P.- ¿Cómo surge la idea de escribir sobre los contenidos de sus novelas?
R.- Pues… recurro mucho a los sentimientos que me despierta el cine, o a la manera de escribir de otros autores… Otras veces vienen sin hacer nada, por pura inspiración, y supongo que éstas son las mejores; dependiendo de tu estado anímico se te ocurren más y mejores ideas. Últimamente, por ejemplo, se me ocurren muchas ideas a través de sueños. Sin embargo, cuando necesito buscar ideas concretas, lo que hago es volverme muy observador, todo cobra vida, ya sea un objeto, animal, planta o cosa, y pido que me cuenten una historia. A veces le pido a mi propio libro que me sorprenda. En realidad, haga de la forma en que lo haga, no sé de dónde surgen mis ideas, sólo sé que es muy mágico.


P.- En este caso concreto, en el de los dos hermanos, ¿dónde está el germen inicial?
R.- No me acuerdo bien, el primer borrador lo escribí hace bastante tiempo. Sí tengo como primer recuerdo un accidente de un perrito que tuve. Empecé escribiendo una carta, supongo que de auto consuelo y eso lo conecté a la idea principal que ya tenía. Este libro surgió dándole vueltas al equilibrio entre la vida y la muerte.

P.- ¿Qué evolución nota desde su primera publicación?
R.- Aunque aún estoy a medio camino o más, ya que no soy el escritor que quiero ser todavía, la evolución ha sido notable. Relato tras relato y novela tras novela me enseñan algo nuevo. Pero también porque a lo largo de esta evolución se ha presentado la ayuda de algunas personas que por pura generosidad han aportado mejoras en todos los aspectos de esta novela… y de mi vida.


P.- Entiendo, por tanto, que desea serlo. Por ello le pregunto, ¿cuándo se dio cuenta que deseaba ser escritor?
R.- Me dije que quería ser escritor cuando vi que lo que escribía gustaba, con 16 años aproximadamente. Un día tenía ansiedad, tal ganas de escribir una historia que me dolía el pecho. La escribí con todos los sentimientos y todo lo que tenía dentro, llorando. Luego resultó que no se me daba tan mal… y después me he ido motivando año tras año al comprobar que es lo que más feliz me hace y que si me guardo las historias y los sentimientos que van con ella para mí, lo paso mal.


P.- Regresemos a la novela que nos ocupa. Descúbranos algún secreto que pueda ser desvelado. Por ejemplo, háblanos del reto de Patricia.
R.- Patricia es una psiquiatra que siempre ha tenido muy buena mano con sus pacientes. Tiene la difícil tarea de averiguar la verdad de dos pacientes muy misteriosos, aparentemente muy peligrosos y muy poco dispuestos a colaborar. No sólo tiene que averiguar quiénes son, cómo son y la enfermedad que padecen, sino también cómo tratarles y, sobre todo, curarles.

P.- ¿Qué puede decirnos de esos dos hermanos, Víctor y Gabriel?
R.- Son los protagonistas principales. Es difícil hablar de ellos sin revelar datos importantes de la novela. Víctor es una persona muy reservada y enigmática, que ha sufrido mucho. Se siente en la obligación de proteger a su hermano Gabriel, que es autista, debido a esto no habla ni interactúa con su alrededor igual que los demás.

P.- El reto más difícil, la parte más complicada de escribir esta novela, que he definido casi como una obra de teatro por la profundidad de sus diálogos.
R.- En realidad lo difícil de escribir esta novela era meterse en el mundo de la psicología y la psiquiatría sin conocerlo. Aunque he ido a psicólogos más de lo que hubiera deseado, por supuesto eso no me da todos los conocimientos necesarios. También fue difícil meterse en la mente atormentada de Víctor… Y otra cosa que me costó bastante fue introducir tantos datos en tan pocos escenarios, por lo que me vi obligado a escribir mucho dialogo.

P.- ¿Cuánto hay de verdad o de correspondencia con la realidad y cuánto hay de ficción en tu novela? ¿Se basó en algún hecho real o algún caso concreto que le inspirara a la hora de crear la línea argumental o a los personajes?
R.- Es todo ficticio, salido de mi imaginación. Mi intención era meter un caso ficticio en un entorno realista. No he descrito ningún edificio, ninguna persona, calle o sala que haya visto antes, pero todo podría existir; eso es lo que quería, que a los lectores les resultase fácil imaginarse o ver todo lo que aparece en la historia.

P.- Personalmente soy poco dado a las clasificaciones de las obras, pero a muchos lectores eso les ayuda a decidirse. ¿Cómo definiría su novela?
R.- Como una novela de misterio. Al menos he querido jugar con un misterio un poco más oscuro de lo que hago normalmente.

P.- Muchos autores me han manifestado su temor ante el folio en blanco. Hoy en día, ese folio tiene una extensión infinita gracias a los procesadores de texto, ¿cómo se siente un autor al comenzar su obra y cómo resuelve ese dilema creativo?
R.- Lo cierto, y pido perdón si mi respuesta parece un poco seca, es que me es un poco indiferente… porque, en realidad, vayas a escribir con el método que desees las posibilidades siempre son infinitas… y es lo bonito. Una vez que la idea surge hay que disfrutar de ello y no dejarse llevar por el miedo tengas lo que tengas delante. En todo caso, yo personalmente, me siento más seguro en el ordenador, ya que da menos miedo equivocarte, es más fácil corregir, rectificar u ordenar de forma limpia y rápida, sin necesidad de hacer tachones, notas en los bordes, etc…

P.- Ya hemos hablado de cómo es su proceso creativo e inspirativo, pero dígame ¿Cómo fuerza la creación cuando las palabras se resisten a trasladarse al papel o ante lo que algunos llaman “sequía creativa"?
R.- Yo escribo, lo que se sea, aunque tenga que tirarlo después, pero lo importante es arrancar.  Procuro no dejarme llevar por la pereza porque si lo haces puedes entrar en una dinámica negativa. Si una máquina lleva varios días sin arrancar, la primera vez que lo haga saldrá humo y parecerá sucia, pero después funcionará con soltura. Como ya he dicho en otra pregunta, cuando busco inspiración me vuelvo muy observador, me paro a leer biografías de autores que admiro, veo películas interesantes sobre el tema que quiero escribir… pero sobre todo pienso que la inspiración va a llegar, porque si me pongo nervioso la bloqueo.


P.- Seis o siete años después de ver publicada su primera novela, ¿qué consejo le daría a quien comienza o a aquellos que albergan el sueño de escribir algo, alguna vez en su vida, y que no se atreven o, sencillamente, no saben cómo comenzar?
R.- Paciencia, mucha paciencia… que escriba con lo que pueda y lo que quiera, que no se preocupe por como salga, que tiene todo el tiempo del mundo, que no se presione… El primero que se tiene que sentir satisfecho es él, y seguro que haciéndolo con cariño el resultado será mucho más positivo de lo que cree. Después un pequeño consejo es que permita que lo lea alguien de confianza. Y por último,  si de verdad le gusta, que no lo abandone, porque si lo hace, se hará daño a sí mismo.

P.- Antes he hablado de las nuevas tecnologías. En 2008 ya le pregunté sobre este apartado, al final de la entrevista. Ha transcurrido el suficiente tiempo para volver a ello. ¿Cómo ve el panorama literario frente a las nuevas tecnologías y todo lo relativo al libro electrónico?
R.- Yo prefiero y siempre preferiré el libro de papel. En mi opinión no saboreas igual un libro electrónico que uno tradicional, es como si le faltara vida. El libro de papel es más bonito, puedes usarlo como elemento decorativo en estanterías, no necesitas estar pendiente de baterías ni enchufes para utilizarlo. Un libro tradicional puede durar siglos, me resulta fácil imaginarme a un tataranieto con este libro gastado en sus manos, sin embargo, un libro electrónico puede romperse más fácilmente o quedarse obsoleto… y con ello su contenido. Hoy por hoy, yo creo que es sólo una opción, ninguno va a ganar al otro; el libro electrónico seguirá evolucionando con el tiempo, pero necesitamos los libros de papel también por el resto de ventajas que nos ofrecen.

P.- Como sé que hay algo más debajo, que subyace, dígame, ¿qué pretende Juan Silva con sus novelas?
Mi labor como escritor consiste en contar, en ser el portavoz de lo que veo en la vida. Cualquier cosa es especial, cualquier ser u objeto, e intento contar la historia que quiera que cuente. Pero, sobre todo, lo que deseo es despertar sentimientos. Aunque todavía me queda mucho camino por aprender, mi deseo es que cuando alguien lea mi novela se sienta bien y le inspire a hacer cosas buenas, llegar al corazón de las personas. Soy consciente que tengo que mejorar mucho y profundizar en mi forma de escribir, pero mi objetivo principal, o mi sueño, es ese.


P.- No sólo de letras vive el hombre o la mujer. ¿Dónde podemos encontrar a Juan Silva Fernández en la red? ¿Le dedica mucho tiempo a ella?
R.-  Tengo cuentas en Facebook y Twitter. Procuro mirarlo todos los días, pero no me considero una persona muy participativa. También me hicieron un blog en el que aparecen muchas cosas mías como los relatos que publiqué en mi anterior libro, frases y cuadros pintados por mí. Siento un gran afecto por esta página, se llama El rincón de Juan Silva, y me hace mucha ilusión que lo visiten.

P.- Aconséjenos una película.
R.- Wall-e. Y para poner una que haya visto recientemente: El juego de Ender, me encantó el final.

P.- Una obra de teatro.
R.- La última vez que fui al teatro era niño y fui de excursión, así que lamento decir que sé muy poquito de este tema. Pero tengo una amiga que actúa en una obra de teatro y al parecer está genial. Se llama Tres en Impro.

P.- Una música (aquí puede ser un tema musical, una banda sonora, una pieza clásica)..
R.- Banda sonora de Braveheart.


P.- ¿Un libro?
R.- Los mensajes de los Sabios de Brian Weiss. Es un libro que llegó a mi vida de forma muy especial y me abrió las puertas de un camino más espiritual.

P.: Y como esta sección se llama Hablando de Libros, ¿qué proyectos literarios podemos esperar en el futuro?
R.- Estoy corrigiendo una novela que se titula Una flor no puede alimentarse de oscuridad. También voy escribiendo relatos poco a poco. Y aparte tengo un par de novelas guardadas en el cajón, pero de momento prefiero no pensar en ellas.

Muchas gracias.

Muchas gracias a ti, de verdad, un placer. 

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